Por Oliver Stuenkel
Mié, 20/03/2013 – 10:38
Link original: http://www.bastiondigital.com/notas/para-qu%C3%A9-sirven-los-brics
Este mes, los líderes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica se reúnen para la V Cumbre Anual de los BRICS. Europa y Estados Unidos sostienen que los intereses nacionales de los BRICS divergen demasiado. Tienen razón para preocuparse: si fueran capaces de articular una posición común sobre cualquier tema, se convertirían en un marcador de agenda global.
Este 26 y 27 de marzo los líderes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS) se reunirán en Durban para la V Cumbre Anual de los BRICS, bajo el tema: “BRICS y Africa: Asociación para el Desarrollo, Integración e Industrialización”. La reunión abarcará una amplia gama de temas, incluyendo la potencial creación de una calificadora de entidades educativas BRICS, una universidad, y un banco de desarrollo, así como una potencial toma de postura sobre temas como Siria y Corea del Norte. Sin embargo, en lugar de debatir cuál será el contenido de la declaración de la cumbre, muchos analistas debaten si el grupo BRICS siquiera debería existir en primer lugar.
La mayoría de los comentaristas europeos y de EE.UU. sostiene que los intereses nacionales de las cinco naciones miembro divergen demasiado como para que el grupo esté de acuerdo en nada. Tienen razón para preocuparse: si los BRICS fueran capaces de articular una posición común sobre prácticamente cualquier tema, de inmediato se convertirían en un marcador de agenda global, con la capacidad de desafiar seriamente el control de los poderes establecidos sobre el discurso global.
Es cierto que el principal desafío para los países BRICS siempre ha sido, y sigue siendo, la articulación de una visión común. Sin la capacidad de encontrar un denominador común, hay pocas razones para organizar cumbres anuales para debatir asuntos globales. Desde el principio, los críticos del equipo BRICS han argumentado que tal visión era un sueño imposible.
Sin embargo, la mayoría de los observadores subestiman el gran progreso ya alcanzado por los BRICS desde su primera reunión en Rusia en 2009. Cada año, las cumbres de los BRICS se han vuelto más productivas aún cuando el alcance de los temas discutidos se ha ampliado continuamente. La cumbre de 2011 en Sanya (China) fue notable debido a que la inclusión de Sudáfrica resultó un éxito, reforzando aún más la legitimidad global de los BRICS. Además, China y Rusia se acercaron a apoyar la apuesta de una posición permanente para India y Brasil en el Consejo de Seguridad de la ONU, una posición impensable anteriormente. Por otra parte, la agenda de la próxima cumbre indica que los BRICS están empezando a institucionalizar sus lazos.
Esto no quiere decir que no haya diferencias entre las naciones de los cinco miembros, por supuesto. Por ejemplo, mientras que Brasil, India y Sudáfrica están impulsando una significativa redistribución del poder en las instituciones mundiales, China y Rusia son potencias “statu quo” que se resisten a cambiar un sistema que les ha servido tan bien en las últimas décadas. Del mismo modo, mientras que India, Brasil, y Sudáfrica se abstuvieron en la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Siria, tácitamente permitiendo su aprobación por parte de las potencias occidentales, Rusia y China vetaron. Algunos analistas se basan en estas disparidades para cuestionar la utilidad de la agrupación BRICS.
Sin embargo, esto ignora la realidad fundamental de que diferencias internas como estas crean fricción en todas las agrupaciones interestatales. De hecho, incluso alianzas altamente institucionalizados desde hace mucho tiempo como la OTAN no son inmunes a este fenómeno: Francia y Estados Unidos, por ejemplo, se han enfrentado en todo, desde el rearme alemán y una capacidad nuclear francesa independiente hasta la Guerra de Irak en 2003. Aún cuando Washington y París estuvieron de acuerdo en intervenir militarmente en Libia, Alemania se abstuvo en la votación del Consejo de Seguridad de la ONU que autoriza el uso de fuerza y se negó a contribuir directamente a la operación militar subsiguiente. Esto ciertamente no significa que la OTAN no tenga futuro. Del mismo modo, mientras que Italia se opone a la posibilidad de que India tenga un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, Gran Bretaña la apoya. Nadie pone en duda la existencia de la Unión Europea a causa de este desacuerdo. De hecho, sería difícil nombrar una sola alianza o agrupación interestatal que siempre está de acuerdo en todo.
Muchos observadores también incurren en el error de visualizar a los BRICS como una potencial alianza con la intención de dar vuelta el orden mundial imperante. Una vez más, la realidad es más compleja. En lugar de convertirse en una “OTAN del Sur” o una organización tipo Unión Europea, los BRICS tal vez están más interesados en modelos menos rígidos como los del G-7 o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Al mismo tiempo, dada su historia y características geográficas únicas, los BRICS tendrán que trazar su propio camino. Cuando participé en una reunión satelital de BRICS en Nueva Delhi como parte de la delegación brasileña me sorprendió la disposición de los delegados para debatir ideas innovadoras, pensar creativamente y desafiar las convenciones sobre una multitud de temas globales.
Las diferencias internas en algunas áreas no reducen la utilidad del concepto BRICS como un todo. Muy al contrario, los puntos de vista diferentes, un compromiso con el debate libre y la voluntad de aprender unos de otros son razones clave para que la continua existencia del grupo BRICS tenga mucho sentido. A pesar de que el mundo se vuelve cada vez más multipolar, el debate mundial sigue siendo peligrosamente unilateral y centrado en los puntos de vista occidentales. Esto no sólo afecta negativamente a las potencias emergentes, sino también a los poderes establecidos que no han podido involucrar adecuadamente a los actores emergentes y convencerlos de que asuman una mayor responsabilidad. Las cumbres anuales de los BRICS son un paso importante en la transición hacia la multipolaridad, así como un momento útil de debate sobre cómo resolver mejor los desafíos más apremiantes de la humanidad.
Oliver Stuenkel, @ oliverstuenkel, es profesor de Relaciones Internacionales y Coordinador de la Facultad de Ciencias Sociales e Historia en la Fundación Getulio Vargas de São Paulo. Su blog, Post-WesternWorld, analiza la política exterior de los poderes emergentes y su impacto en la gobernabilidad global.