29 julio, 2014
Oliver Stuenkel*
http://www.asuntosdelsur.org/blog/2014/07/29/nuevos-desafios-tras-la-sexta-cumbre-de-los-brics/
La sexta cumbre de los BRICS fue un éxito rotundo. El evento generó un gran interés en los medios de comunicación de todo el mundo. En los años pasados los principales periódicos occidentales se habían descuidado sistemáticamente las reuniones anuales (o generalmente descrito con una idea equivocada). En esta ocasión las voces de medios como The Economist y The Financial Times informaron mucho sobre la reunión de la semana pasada. A pesar del lugar de la cumbre, la sociedad civil tuvo una fuerte presencia y organizó una fascinante variedad de eventos en el marco del encuentro. Eventos que implicaron a académicos, activistas y organizaciones no gubernamentales que trabajan sobre los derechos humanos y las cuestiones ambientales.
Además, la reunión logró su objetivo principal, y cinco años después de su primera cumbre presidencial en 2009. El grupo de los BRICS ha adquirido ahora una dimensión institucional. La creación del Banco BRICS de Desarrollo y el Acuerdo de la Reserva de Contingencia (CRA) se había debatido durante varios años, y sin embargo, todavía es una sorpresa para la mayoría de los analistas occidentales que argumentaron consistentemente que los países BRICS son demasiado diferentes para llegar a generar acuerdos comunes.
Por último, la gran cantidad decuestiones mencionadas en la Declaración de Fortaleza, junto con el llamado Plan de Acción esimpresionante. Al mismo tiempo, las partes del documento fueron muy criticadas. Alan Alexandroff, un académico canadiense, escribió sobre el descaro de la agrupación, cuando se condenó la acción unilateral, con el argumento de que “ningún Estado debe fortalecer suseguridad a costa de la seguridad delos demás”, pero sin mencionarla anexiónrusa de Crimea. No puede haber sido una coincidencia que el gobierno de EE.UU. anunció una nueva ronda de sanciones económicas contra Rusia, mientras que el presidente Putinaún estaba en Brasil. Los BRICS no son ninguna agrupación anti-estadounidense, pero difieren profundamente con occidente cuando se trata de lidiar con Rusia.
Mientras que la cumbre de Fortaleza será recordada por sus logros institucionales, los mayores desafíos para los BRICS van en adelante. Durante los últimos cinco años, los que apoyan la idea BRICS podrían argumentar que el intercambio de información y el aprendizaje sobre el otro era suficiente. Ahora, la barra se encuentra considerablemente más alta, y nada más que un banco que operará sin problemas a mediados de 2016 podría ser considerado un fracaso. El hecho de que se alcanzó el acuerdo sobre la ubicación de la sede del banco sólo unas horas antes de la ceremonia de la firma subraya que va a suponer un esfuerzo considerable para manejar las rivalidades al interior de las BRICS. Sin embargo, las intensas negociaciones y los intereses en pugna son normales en cualquier institución multilateral, incluso aquellos dominados por las democracias liberales.
Para Brasil, un grupo BRICS más institucionalizado será de gran utilidad, sobre todo porque va a proporcionar a los responsables políticos en Brasilia con un canal de comunicación constante con los líderes políticos de China. Dada la presencia diplomática limitada de Brasil en Beijing y su dependencia económica creciente con China, este acceso directo no tiene precio. Por otra parte, el banco va a ser otra conexión institucional entre China e India, cuya relación bilateral será influir en la probabilidad de la guerra y la paz en Asia en las próximas décadas.
Como Rusia asumirá la presidencia de los países BRICS y preparará la séptima Cumbre en 2015, el presidente Putin puede intentar convertir la agrupación en una alianza más política. Esto tiene sentido para quienes toman decisiones en Moscú, sobre todo teniendo en cuenta que no hay señales de que las relaciones entre Rusia y Occidente pueden mejorar en el corto plazo. Como consecuencia de ello, Rusia es el único miembro que considera la agrupación en una prioridad absoluta de la política exterior. Sin sus socios, Moscú sería totalmente aislado, obligado a ceder a las demandas occidentales. Para Brasil, Sudáfrica, China e India, por otro lado, la agrupación BRICS es un medio para diversificar sus alianzas y ocasionalmente equilibrar los Estados Unidos, pero ellos no están interesados en el debilitamiento de sus lazos con Occidente. Y aún así, la Declaración de Fortaleza puede y debe ser leída como un signo adicional de la reducción del papel de las potencias occidentales en los asuntos mundiales y el advenimiento de la multipolaridad.
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(*) Oliver Stuenkel es doctor en relaciones internacionales, profesor de la Fundación Getulio Vargas (FGV) en Sao Paulo.
Photo credit: Aryenis Ciget